Para salvar de una muerte lenta a la cuota de mercado de la industria nacional de la automoción, el Yuan Legislativo aprobó recientemente una reducción de aranceles para 9 componentes clave de vehículos. Sin embargo, el uso de la reducción de aranceles ha provocado disparidad de opiniones entre el gobierno y la industria. Los analistas taiwaneses señalan las diferentes versiones, haciendo hincapié en los precios o la seguridad apuntan a soluciones diferentes. La primera señala que la reducción de aranceles se reflejará en los precios de venta, mientras que la segunda apunta a la mejora de los sistemas de conducción asistida que aumentarán la competitividad de los productos. Sin embargo, a largo plazo, además de intentar recuperar mercado con el coche eléctrico y autónomo, el sector de la fabricación de componentes también debe fortalecer la integración industrial y la marca país para atraer clientes. Estamos ante el clásico dilema: crisis y oportunidad.
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