El pasado día 4, el director del Centro de Operaciones para el Control de Epidemias, Chen Shih-chung dijo que, actualmente, todos los países del mundo están desarrollando la vacuna contra el COVID-19 y Taiwán se convierte también en el foco de atención en esta materia. El ministro Chen señaló que la efectividad de la vacuna ya es un consenso mundial, pero no solo es necesario comprobar la vigencia de la vacuna, sino también es necesario verificar el nivel de seguridad.
Chen indicó que bajo la premisa de la seguridad, para adquirir la vacuna en el mercado internacional a través del mecanismo COVAX, se está llevando a cabo tanto la carta de intención como la solicitud de autorización de fabricación. Además, el Gobierno ha asignado un presupuesto de aproximadamente NTD 2 000 000 000 (aproximadamente USD 68 179 000) para animar a la ciudadanía a darse la vacuna. Se espera que para enero del próximo año ya se pueda conseguir la vacuna en el mercado, aunque para el tercer cuatrimestre, el nivel de seguridad será aún mayor.
Estas fueron las palabras del ministro: "Animamos a los fabricantes nacionales de vacunas a formar parte de las más importantes medidas políticas, a fin de responder a las necesidades actuales. Tal vez no lleguen a implementarse, pero podría servir para el futuro, ya que las vacunas pertenecen a la industria de la seguridad nacional, por eso el equipo nacional debe ofrecer su mayor apoyo".
Actualmente, hay tres fabricantes nacionales que están realizando pruebas clínicas. Por otra parte, el Instituto Nacional de Investigación para la Salud que ha decidido desarrollar la vacuna de ADN ha logrado nuevos avances. Su director, Liang Kung-yee expresó que la tecnología de la vacuna de ADN ya fue transferida a un fabricante, quien actualmente está realizando ensayos clínicos con animales. Se espera que para fin de este año se pueda comenzar el primer periodo de prueba clínica en humanos.
