
Los países que conforman el G7 se han reunido recientemente y se han comprometido a allegar 600 000 millones de dólares en fondos privados y públicos para ayudar a la construcción de infraestructuras de países en desarrollo. El objetivo es contrarrestar la influencia que China continental ha conseguido con sus gigantescos proyectos de infraestructuras en estos países.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ha dicho hoy que está más que dispuesto a buscar oportunidades de cooperación con gobiernos de países democráticos. El subdirector del Departamento de Asuntos Europeos Lu Shih-fan (呂世凡) ha dicho que esta semana se organizan las reuniones del G7 y de la OTAN, lo cual atrae la atención de todo el mundo. Tras la reunión del G7 en Alemania, Joe Biden anunció que allegarán 600 000 millones de dólares en cinco años para proyectos de infraestructuras en países en desarrollo.
Un think-tank alemán recomendó recientemente que el G7 incluyese a otros países como Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda y Taiwán, convirtiéndose en el G10+1, a lo que Exteriores respondió diciendo que respetaba las recomendaciones de los académicos.
Lu Shih-fan dijo que Exteriores está al tanto de las intenciones de expansión del G7, y de hecho el año pasado invitaron a cuatro países: Australia, India, Sudáfrica y Corea del Sur; mientras que este año han invitado también a Argentina, Indonesia y Senegal, demostrando la voluntad de integración del G7 y su disposición a unir fuerzas con países amigos para proteger los valores democráticos en todo el mundo.
La Alianza Atlántica se reunirá los días 29 y 30 en Madrid y se espera que se anuncie un nuevo documento estratégico. Algunos países no miembros de la alianza como Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda estarán presentes como invitados, y tratarán sobre la guerra de Ucrania y los retos del ascenso de China continental.