El secretario de Estado de los EE. UU. dijo ayer que todos los países tienen interés en mantener la paz y la seguridad en el estrecho de Taiwán pues cualquier interrupción de su producción de chips podría llevar a una crisis económica global.
Blinken hizo estas declaraciones durante una conversación con su antecesora Condoleezza Rice en la universidad de Stanford. Blinken dijo que la insistencia en que Pekín y Taipéi manejen pacíficamente sus diferencias es una política transversal a los dos grandes partidos estadounidenses.
El secretario dijo que, no obstante, Pekín está empeñado en buscar la reunificación “más rápida” y está jugando con el uso de la coerción en caso de que no funcionen los medios pacíficos. Según Blinken, esta situación pone en riesgo el statu quo y crea “tremendas tensiones”.
Citando como ejemplo a los semiconductores, Blinken advirtió que si la producción taiwanesa se interrumpiera como resultado de estas tensiones, “tendríamos una crisis económica en todo el mundo”. Por esta razón, Blinken cree que todos los países del mundo tienen un gran interés en preservar la paz y la estabilidad en la región.
Por último, Blinken insistió en que la política de EE. UU. con respecto a China continental y Taiwán no ha cambiado, y sigue y seguirá adhiriéndose al principio de “una sola China”.
