Vengo del sur en busca de un sueño y una canción
y aquí encontré una mitología
con sus pequeñas magias del amor
En Taipei el aire es cálido.
Yo me apresuro en ir y venir, como una brisa que pasea por las calles de esta ciudad.
En los recuerdos está mi Buenos Aires querido. Mi infancia y mi adolescencia han quedado atesoradas ahí, tan alegres y perfumadas como las dejé.
Hablar de mí, es hablar del amor, de las ganas de reir, de llorar y de gritar a los cuatro vientos los sentimientos del alma.
Hablar de mí, es hablar del deber, del rol de ser mujer, madre, hija, amiga, hermana...
Hablar de mí es hablar de alguien que lleva la cultura oriental en la sangre y la pasión latina en el corazón.
Hablar de mí es como hablar de tí.
Somos muy parecidos tú y yo, bajo el mismo cielo, con la misma respiración, el mismo cansancio. Preguntando y respondiendo, buscando y encontrando, esperando y desesperando.
"En esta tierra somos todos una familia,
no existe la distancia entre la amistad;
mientras que haya amor en nuestro ser,
las nacionalidades ya dejan de importar."
Nota: El último párrafo es un extracto traducido de la obra de San Mao.
Texto original: 四海一家,天涯比鄰,只要人類還有一絲愛心存在,哪一國的人都是相同的。(三毛)
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