Nací y crecí en Lima, Perú, donde obtuve en el año 2014 el grado de bachiller en Ingeniería Industrial, aunque años antes, en el 2011, mientras estudiaba chino en Shanghái, caí en la cuenta, a modo de epifanía, de que lo que más anhelaba en el mundo era comprender el idioma y la cultura china. Desde el año 2015 vivo en Taipéi, donde estudio la carrera de sinología y cultura en la Universidad Nacional Normal de Taiwán. Mi vida en Taiwán ha sido el gran punto de inflexión en mi vida. Vivo constantemente encandilado por la belleza de los caracteres tradicionales y, gracias a mi afición por las maratones, he podido viajar a muchas ciudades, correr a través de hermosos senderos y observado algunos de los muchos bellos paisajes de esta hermosa isla. Mi más ferviente deseo es convertirme en un recipiente apropiado para que la cultura china habite en mí y, a través mío, pueda llegar a quienes aún no tienen la buena fortuna de apreciar su belleza y profundidad. Soy renuente a hablar de “dominar” el mandarín, por el contrario, mi deseo es el de “volverme uno” con él. Y, tal y como el enunciado de apertura de Las Analectas anticipa, si aprender chino toma la vida entera, pues ¡qué vida tan feliz sería aquella!